EL SISTEMA EDUCATIVO ESPARTANO: LA AGOGÉ
En este post vamos a hablar de la sociedad espartana y de su curioso sistema educativo basado en la rigurosidad, el militarismo y, según autores, en un barbarismo que les hacía ser una sociedad bastante peculiar.
Esparta fue, junto con Atenas, Tebas y Corinto, una de las polis griegas más importantes de la Antigüedad. Situada en la península del Peloponeso, para el año 650 a.C., ya se había convertido en una potencia militar importante dentro del mundo griego. Esto se debe a las reformas iniciadas por Licurgo, quien formuló las leyes espartanas con el objetivo de crear una ciudad-estado fuerte e invencible.
De acuerdo con Plutarco, cuando un niño nacía, había un grupo de ancianos encargados de examinar el estado de salud y complexión física del bebé. Si no había ningún inconveniente era entregado a la madre para que lo cuidase hasta los siete años. En caso contrario, si sufría algún tipo de enfermedad mental y/o física, era lanzado a la apothetai o "depósito de los expuestos", en el monte Taigeto. Sin embargo, este hecho se ha puesto en entredicho por diversos historiadores y arqueólogos puesto que se analizaron durante cinco años los restos óseos de la ladera del monte Taigeto, pero los huesos pertenecían a personas de entre 18 y 35 años.
Una vez cumplidos los siete años, los niños abandonaban el hogar e ingresaban en unos cuarteles supervisados por el Estado donde empezaban su formación dividida en etapas clasificadas por grupos de edad.
De los siete a los doce años se les instruía básicamente en la educación física. De los doce a los veinte años pasaban a depender de un magistrado (paidonomos) encargado de supervisar su entrenamiento militar basado en el adiestramiento en el manejo de las armas, aunque también recibían nociones de lectura, escritura y música (ésta última necesaria para seguir y mantener el ritmo de la falange hoplítica).
El entrenamiento durante estos años era muy duro. Para endurecer su cuerpo y su alma les hacían utilizar lechos de paja, no podían utilizar calzado, solamente disponían de una capa para todo el año y se les daba una comida escasa y desequilibrada que les obligaba a robar comida, agudizando así el ingenio, pues el robo de comida estaba prohibido y era duramente sancionado.
A los veinte años, aquellos que habían superado todas las etapas de la agogé, participaban como soldados en las retaguardia del ejército espartano y se les integraban en las syssitia o "comidas en común" en las que se agrupaban los homoioi. Cada grupo estaba formado por entre 15 y 100 individuos y eran muy importantes porque jugaban un papel fundamental en la transmisión de los valores ciudadanos y en la organización militar y política del Estado.
Sin embargo, el verdadero bautismo de sangre se producía con la celebración anual de la krypteia, un castigo anual para diezmar legalmente a los ilotas que se institucionalizó también con Licurgo. Cada año, cuando los éforos o magistrados (elegidos anualmente) tomaban posesión de su cargo, su primer acto era declarar la guerra a los ilotas porque las leyes espartanas prohibían el asesinato de un esclavo que era de propiedad pública. Con este sistema se lograba mantener a la población esclava controlada a través del miedo, reforzaba los lazos de unión de los homoioi y daba la oportunidad a los espartiatas de demostrar su nivel de compromiso con el Estado.
A los treinta años podían casarse, formar una familia y abandonar los cuarteles para ir a dormir a su propia casa, aunque tenían la obligación de asistir y costear la syssitia hasta los sesenta años. Cuando superaban la educación espartana recibían de parte del Estado un lote de tierra (kleros) que era cultivado por los ilotas o ciudadanos semi-esclavos ya que los homoioi o ciudadanos de pleno derecho, con el objetivo de mantener la supremacía militar espartana, tenían prohibido dedicarse a cualquier actividad económica o artesanal, incluida la agricultura, el comercia o toda la actividad manual.
Fuentes:
- Nieto Fernández, F.J. (cood): Historia Antigua de Grecia y Roma. Tirant lo Blanch: Valencia.
- Barajas Aguilar, A.: Espartanos, guerreros del Peloponeso. Artículo nº33. Revista de claseshistoria. pp. 8-12.
Comentarios
Publicar un comentario