EL MAPA DEL INFIERNO DE SANDRO BOTICELLI

En esta nueva entrada voy a hablar de una de las pinturas menos conocidas de Sandro Botticelli, el Mapa del Infierno, un cuadro que trató de reflejar el infierno que imaginó Dante Alighieri en su poema Divina Comedia. Esta obra fue un encargo de Lorenzo de Medici y está formada por 92 láminas que se han conservado (no sabemos exactamente cuantas pintó). La construcción del infierno está explicada en el canto IX; en ella aparecen nueve círculos que Botticelli plasmó con técnica narrativa y minucioso detalle.




FICHA TÉCNICA

- Título de la obra: Mapa del Infierno.

- Autor: Sandro Botticelli.

- Fecha: 1480-1490.

- Tamaño: 44 x 65 cm.

- Soporte: Lámina de pergamino.

- Técnica: "A la punta de plata".

- Período artístico: Renacimiento italiano.

- Localización: Biblioteca del Vaticano.





En el primer fragmento se representa la entrada al infierno y el encuentro con Caronte para abordar su barca. Podemos apreciar las figuras de los indecisos, aquellos que no han dejado huella por su paso por el mundo; aparecen desnudos y perseguidos por insectos. Estas almas están condenadas a no poder cruzar nunca el río Aqueronte.







En el primer círculo estaría representado el LIMBO. En él encontramos a las personas que no han sido bautizadas y, por tanto, no pudieron subir al cielo, pero tampoco pudieron ser castigados porque no habían cometido ningún pecado.


En el Segundo Círculo del Infierno se representa la LUJURIA. En éste, Dante y su compañero Virgilio se topan con personas que fueron vencidas por la lujuria. Son castigados con fuertes vientos que los empujan violentamente de un lado a otro, impidiéndoles encontrar paz y descanso, que simbolizan la inquietud de una persona que se deja llevar por el deseo de los placeres carnales. Aquí encontraríamos a Cleopatra, Tristán, Helena de Troya y otros adúlteros conocidos.







El tercer círculo es el de la GULA. Aquí se han los que se exceden, los glotones y su castigo es soportar una lluvia interminable de granizo bajo la atenta vista de Cerbero.





En el cuarto círculo, el de la AVARICIA, están los que dedicaban su vida por y para los bienes materiales; aquellos cuya única preocupación es el dinero y el materialismo. Su castigo era empujar objetos muy pesados a lo largo del círculo del inframundo y chocarse constantemente los unos con los otros.




El quinto círculo es el de la IRA. Esta sección del infierno es para las almas coléricas que pasarán la eternidad librando una batalla en el río Estigia.



El sexto círculo, la HEREJÍA es para los herejes y, en este último, según Dante, se encuentran muchos intelectuales del pasado que prefirieron la voz de su razón a la fe verdadera. Están vigilados por gran número de diablos y por las Furias o Erinias de la mitología. Sus sepulcros arden en llamas. El fuego que los abrasa era considerado símbolo de purificación y en tanto que da luz un castigo a la que muchos de ellos pretendían expandir a través de sus doctrinas heréticas.


En el séptimo de los círculos del Infierno, la VIOLENCIA, los condenados están divididos en tres grupos: en el primero están los homicidas sumergidos en un río de sangre ardiente y son atormentados por los centauros. En él puedes encontrar a Atila. En el segundo grupo o círculo menor están los suicidas transformados en árboles y los derrochadores desgarrados por perras hambrientas. En el tercer anillo están los blasfemos, los sodomitas y los usureros, recibiendo lluvias de fuego en diferentes formas.


El octavo círculo, el FRAUDE, castiga a los que usaron la malicia pero en forma fraudulenta. Está dividido en diez fosas que Dante llama colectivamente «Malebolge». En cada una de ellas se sitúan los condenados por diferentes tipos de fraude y reciben un castigo distinto. Los custodia Gerión, un personaje mitológico símbolo del fraude.

En la primera fosa encontramos proxenetas y embaucadores que corren desnudes flagelados por demonios cornudos. En la segunda los aduladores rodeados de escrementos humanos. En la tercera los simoníacos que son los que comerciaron con bienes espirituales reciben su castigo y están rodeados de llamas y enterrados en huecos cabeza abajo de manera que tan solo se les ven los pies. En la cuarta fosa están los aivinos y a los magos caminando hacia atrás con las caras distorsionadas y deformes. En la quinta encontramos a los malversadores en un lago de brea ardiente.

En la sexta fosa están los hipócritas vistiendo pesadas capas de plomo. En la séptima los ladrones entre serpientes con las manos atadas por serpientes y convertidos en ellas. En la octava fosa están los consejeros fraudulentos y engañosos quemados por lenguas de fuego. En la novena hallamos a los sembradores de la discordia o la maldad atormentados por un demonio que los hiere y en cuando se cierra la herida se la vuelve a abrir. Por último en la décima fosa están los falsificadores de cualquier tipo sufriendo horribles enfermedades que los deforman.


En el noveno círculo del infierno de Dante, finalmente, se encuentran aquellos que fueron condenados por TRAICIÓN. Los traidores están divididos en distintos grupos, encontrándose los peores a mayores profundidades.

La primera zona es la Caina, que toma el nombre de Caín y en ella están los traidores a sus allegados. La segunda zona es la Antenora, que debe su nombre al troyano Antenor que traicionó a su Polis. En la tercera están los traidores a los huéspedes y se la conoce como la Tolomea por el rey egipcio Ptolomeo que traicionó a su huésped Sexto Pompeyo. La cuarta y última está ocupada por los traidores de los benefactores. Es la Judeca, llamada así por Judas, el hombre que traicionó a Jesús, benefactor de la humanidad.

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