Noche toledana
La frase "pasar una noche toledana" normalmente hace referencia a que uno ha pasado mala noche o no ha podido dormir. Sin embargo, pocos saben que esta expresión se remonta a la llamada Jornada del foso de Toledo acaecida en el siglo VIII.
En el año 797 gobernaba en Al-Andalus el emir Al Hakam I y, aunque Toledo estaba sometida a su autoridad, disfrutaba de cierta autonomía. Su población estaba formada por visigodos, hispanorromanos, árabes y judíos.
Al-Hakam I quiso terminar con la autonomía de Toledo y para ello creó un plan. Envió como nuevo gobernador a un muladí de su confianza llamado Amrú. La noche que se celebraba su nombramiento, dicho muladí invitó a su palacio a las personas más influyentes y ricas de la ciudad (en total unas cuatrocientas personas), pero durante el banquete las mandó degollar y arrojó sus cabezas a un foso preparado de antemano.
Otras fuentes señalan que el motivo que llevó a Amrús a que el emir lo nombrase gobernador de Toledo fue la venganza por la ejecución de su hijo Yusuf por parte de la nobleza de dicha ciudad.
Hoy en día son muchos lo que relegan este hecho a una simple leyenda y atribuyen el dicho a que no puedes dormir porque te han picado los mosquitos. No lo sabremos nunca.
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