Fernando I de Habsburgo: Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico

Fernando I nació en Alcalá de Henares el año 1503 durante una estancia de su madre Juana, apodada La Loca. Tras la muerte de su hermano Juan, su hermana Isabel y su hijo, el infante portugués Miguel, Juana se convirtió en la heredera de los reinos de Castilla y Aragón. En 1501 embarcó junto a su marido Felipe El Hermoso rumbo a Castilla donde prestaron juramento como herederos ante la corte castellana. Allí permanecieron hasta que en 1503 Felipe tuvo que marchar a Flandes por motivos de gobierno, quedando Juana en Castilla a petición de sus padre con el objetivo de conocer a sus súbditos y porque se encontraba en avanzado estado de gestación. 

Felipe y Juana
Juana quedó sumida en un estado de tristeza. El 10 de marzo de 1503 dio a luz a Fernando y enseguida dio muestras de ansiedad y locura porque quería volver a Flandes junto a su marido, incluso llegó a decirle a su madre, Isabel La Católica, que no quería al niño porque la había apartado de su esposo. Ante las muestras de locura que mostraba Juana, su madre la dejó marchar a Flandes, dejando al niño bajo la tutela de sus abuelos. Fernando fue educado en Castilla y posteriormente en Aragón junto a su abuelo Fernando El Católico.

Ante las muestras de poca cordura que mostraba su hija Juana, Isabel dispuso en su testamento que, a su muerte, quien debía heredar la corona de Castilla era su nieto Carlos. Por su parte, Fernando volvió a casar con Germana de Foix con quien tuvo un hijo, Juan, que murió al poco de nacer. De haber sobrevivido probablemente hubiese supuesto la separación de Castilla y Aragón. 

En un primer momento, Fernando El Católico dispuso en su testamento que su nieto Fernando sería quien heredaría el reino de Aragón. Esto dejaba una puerta abierta a Fernando para ser nombrado también rey de Castilla. Sin embargo, en los últimos momentos, aconsejado por el Cardenal Cisneros, legó su reino a Carlos de Gante porque así evitaba una nueva guerra en Castilla y en Aragón. 

Carlos de Gante
En 1516 Carlos llegaba a Castilla para tomar posesión de sus reinos. Carlos había sido educado por su tía, Margarita de Austria, no hablaba castellano y no sabía nada del gobierno de Castilla y Aragón. Su llegada no fue bien vista en los reinos, sobretodo en el de Aragón, donde los partidarios de Fernando se mostraban en desacuerdo de dejar en manos de un extranjero su reino. Sin embargo, Juana La Loca, reina nominal de Castilla ratificó la sucesión en favor de Carlos, obligando a su otro hijo, Fernando, a aceptar su mandato. 

Fernando intentó congraciarse con su hermano con la esperanza que le nombrase su consejero, pero Carlos, aconsejado por sus consejeros flamencos, decidió enviar a Fernando a Flandes para alejarlo de sus partidarios, quienes consideraban que, por su educación española, debía heredar los reinos. 

Fernando de Habsburgo
En 1518 Fernando marchó a Flandes donde se adaptó con extrema facilidad. Tras la muerte de Maximiliano I, su abuelo paterno, en 1519, heredó la Alta y la Baja Austria, Carintia, Estiria y Carniola ratificados en el Tratado de Worms en 1521. Un año después, recibía también el Tirol, la Alta Alsacia y el ducado de Württemberg. Además, su abuelo dispuso su enlace matrimonial con Ana de Bohemia y Hungría, hermana de Luis II de Hungría, que se celebró en 1521. 

En cuanto al Imperio, no lo heredó nadie. Al morir Maximiliano I sin nombrar sucesor, quedó vacante, y aunque todo apuntaba a que Carlos sería el próximo emperador, tuvo que luchar con otros candidatos, especialmente con Francisco I, quien intentó comprar a los príncipes electores encargados de elegir. Finalmente eligieron a Carlos porque tenían miedo de que Francisco I, acostumbrado a tratar a sus vasallos franceses como si fuese su dueño, hiciese lo mismo con los alemanes. Así, en el año 1520 Carlos fue nombrado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico con el nombre de Carlos V. Con esto Carlos se convertía en el hombre más poderoso de la Tierra lo cual suponía una ardua tarea de cara al futuro. En su persona concentraba la Corona de España (Castilla, Aragón y Navarra), los Países Bajos, la Corona de Nápoles, la de Sicilia, la Corona austríaca. Era nombrado rey de los romanos y emperador del SIRG.

En 1520 Soliman El Magnífico se convirtió en el nuevo sultán del Imperio Otomano e inició una ofensiva en los Balcanes y en el Mediterráneo llegando hasta las puertas de Viena. Como Archiduque de Austria, Fernando tuvo que lidiar con este problema. Las fuerzas hungaras resistieron años hasta que Soliman decidió enviar todas las fuerzas a Hungría. En la batalla de Mohács (1526) murió casi toda la aristocracia húngara, incluido el propio rey Luis II. Al morir sin descendencia Fernando, a través de su esposa, reclamó los reinos de Bohemia y Hungría para sí. Los bohemios lo coronaron a principios de 1527. En Hungría la división de la aristocracia provocó la coronación de dos reyes: por un lado Fernando y por otro Juan Szapolyai. Juan se alió con los otomanos y Fernando se alió con su hermano Carlos V estableciendo su corte en Viena. Durante más de veinte años estuvieron en guerra. En 1538 firmaron un pacto secreto en el que Fernando se convertiría en rey de Hungría a la muerte de Juan I puesto que éste no tenía hijos, pero pocos días antes de que muriese, en 1540, su mujer dio a luz a Juan Segismundo Szapolyai, quien fue coronado enseguida.

Otomanos en las puertas de Viena
Fernando no se amilanó y partió hacia Hungría a reclamar el trono, pero Soliman enojado por el pacto que habían firmado sin su consentimiento ocupó la ciudad de Buda y dividió el reino de Hungría en tres partes:  la occidental quedó bajo el control de los Habsburgo, la central bajo dominio otomano y la oriental donde se formó el Principado de Transilvania, gobernado por Juan Segismundo Szapolyai, que quedaba bajo la tutela de los otomanos. Fernando se vio obligado a firmar una tregua humillante en 1545 por la que se veía obligado a pagar tributos a los turcos. Con la parte occidental afianzada decidió convertir las coronas de Hungría y Bohemia en posesiones hereditarias de la Casa Habsburgo.

Dieta imperial
En cuanto al Imperio, su hermano Carlos, debido a la distancia que separaba Alemania de España, se valió de Fernando como representante y defensor de su política en sus largos períodos de ausencia. Uno de los derechos que tenían los emperadores durante su mandato era el de elegir a su sucesor. Carlos consiguió que los siete príncipes electores eligiesen a Fernando como Rey de los Romanos (condición previa para ser nombrado emperador) en 1531.

Fernando empezó a tener relevancia . Presidía todas las Dietas, sin embargo, la política religiosa y el plan de Carlos de dejar la corona imperial a su hijo Felipe, así como su negativa de reintegrarle Württemberg, distanciaron a los dos hermanos. Fernando empezó a tomar una posición más independiente, incluso se negó a prestarle ayuda en 1557 en la guerra contra Francia. Pero a pesar del distanciamiento no se llevaban mal y las dos ramas de la Casa Habsburgo siguió teniendo contacto.

Finalmente, Carlos aceptó en 1553 excluir a su hijo Felipe de la sucesión alemana, la cual pasó entonces al hijo de Fernando, el futuro Maximiliano II. Después de la abdicación en 1556 de su hermano Carlos, fue ratificado definitivamente como emperador electo el 12 de marzo de 1558, y coronado dos días después en Frankfurt, meses antes de fallecer su hermano.

He aquí el hombre que quiso gobernar Castilla y acabó gobernando un Imperio. 



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