1 de octubre de 1931: se aprueba el sufragio femenino.
Tal día como hoy, durante 1931, recién proclamada la Segunda República Española, se aprobaba el derecho al voto de la mujer.
Aunque en dos ocasiones se había intentado aprobar durante la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), en esta época nunca llegaron a votar. En un primer momento se consideró la posibilidad de dejar votar a las mujeres cabeza de familia que fuesen elegibles, pero finalmente no se celebraron, en ninguna de las dos ocasiones, las elecciones municipales previstas.
Cuando se proclamó la Segunda República, tampoco pudieron las mujeres ejercer su derecho al voto, aunque sí se pudieron presentar como candidatas. El 1 de octubre se votó en las Cortes y ganó el sí por 161 votos frente a 121. Sin embargo, no todas las mujeres estuvieron de acuerdo con esta decisión. Mientras que Clara Campoamor luchó por el sí, Victoria Kent apostó por el no porque consideraba que la mujer no estaba preparada social y políticamente para ejercer el voto.
Por otro lado estaban los hombres que se opusieron, en especial, Roberto Novoa Santos (diputado de Federación Republicana Gallega) que consideraba que la mujer no estaba preparada biológicamente para ejercer el voto, pues "a la mujer no la domina la reflexión y el espíritu crítico; la mujer se deja llevar por siempre por la emoción". Además de ello, la mayoría de los diputados de izquierdas consideraba que la mujer votaría aconsejada por su sacerdote o párroco y, en consecuencia, votaría a la derecha, convirtiendo el Estado en "un Estado conservador teocrático".
Finalmente, se aprobó la ley y las mujeres pudieron ejercer su derecho al voto en 1933. Solo pudieron votar ese año y en el año 1936, puesto que tras la guerra civil, perdieron todo derecho y se convirtió a la mujer en "menor de edad" pues para casi todo tenía que pedir la autorización del marido. Las mujeres no volvieron a votar hasta que llegó la democracia a España en 1977.
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