Historia de una reinvención: Robert Capa

Todo el mundo ha visto esta fotografía alguna vez en la vida. Los que la conocen saben que fue Robert Capa quien la hizo durante la Guerra Civil Española. Lo que la mayoría no sabe es que Robert Capa no era una persona real, sino un seudónimo. 

Muerte de un miliciano. Robert Capa

Pero, para conocer a Robert Capa es necesario primero conocer a las personas que lo crearon. 

Gerda Taro

Gerda Taro se llamaba en realidad Gerta Pohorylle. Hija de judíos polacos, a pesar de sus orígenes burgueses, desde muy joven se involucró en movimientos socialistas y obreros. 

Con la llegada de los nazis al poder fue detenida y, tras ser liberada, decidió huir a París donde conoció a un judío húngaro, André Friedman, que intentaba ganarse la vida como fotógrafo. André también había sido detenido en su país y había decidido huir en busca de una nueva vida. 

Gerda y André se hicieron compañeros y éste le enseñó sus conocimientos de fotografía. Sin embargo, las cosas no les iban muy bien, no recibían casi encargos. Así que se les ocurrió inventar un personaje llamado Robert Capa, un supuesto reputado fotógrafo estadounidense que quería trabajar en Europa. La estratagema funcionó y Robert Capa se convirtió en un fotógrafo de renombre.

André Friedman

Al principio la marca "Capa" fue usada indistintamente por ambos, pero con el tiempo se distanciaron y fue André quien se quedó con el sobrenombre de Robert Capa. 

Al estallar la Guerra Civil Española en 1936 ambos decidieron trasladarse a España para cubrir el conflicto. Durante los años que duró la guerra fueron testigos de diversos acontecimientos bélicos. Fue en España donde Gerda encontró la muerte. 

Durante la primera fase de la batalla de Brunete, Gerda estuvo realizando un reportaje fotográfico que fue publicado en la revista Regards el 22 de julio de 1937. Esto le dio un gran prestigio a la que fue considerada la primera mujer fotoperiodista del mundo. Sin embargo, poco después los franquistas iniciaron un contraataque y Gerda decidió volver al frente. Allí fue testigo de los bombardeos de la aviación del bando sublevado y llegó a jugarse la vida para realizar un reportaje. 

Julio, 1937

Durante el repliegue de las tropas republicanas Gerda se subió al estribo de un coche. En un momento dado, los aviones sublevados volaron bajo por encima de las tropas republicanas y Gerda cayó al suelo detrás de un montículo. En ese momento un tanque republicano entró marcha atrás en el montículo pasando sobre ella. Fue trasladada al hospital de El Goloso de El Escorial donde falleció poco después. Su cuerpo fue trasladado a París, donde recibió todos los honores como una heroína republicana. Sus restos se encuentran enterrados en la división 97 del Cementerio del Père-Lachaise.   

En cuanto a André, tras España, se convirtió oficialmente en Robert Capa. Durante la Segunda Guerra Mundial estuvo presente en varios escenarios bélicos: Italia, Londres, Norte de África. También estuvo en el Desembarco de Normandía. Fue el único fotógrafo de guerra que estuvo presente durante la primera fase del desembarco cuando más peligro había por el fuego enemigo. 

Tras la Segunda Guerra Mundial se volvió a París donde disfrutó de la vida cosmopolita que ofrecía la ciudad. En 1947 creó, junto a otros fotógrafos, la agencia Magnum Photos, donde realizó un gran trabajo fotográfico. También se dedicó a la fotografía artística donde retrató, entre otros a Picasso, Hemingway o John Steinbeck. 

Tras varios años viajando por diversos países fotografiando el desarrollo de la guerra fría, en 1954 la revista Life le convenció para ir a cubrir la guerra de Indochina. En la madrugada del 25 de mayo, mientras atravesaba una zona boscosa acompañando a una expedición francesa en Jeep, Capa decidió bajarse e ir andando para fotografiar el avance. De pronto, la expedición oyó una explosión, Robert Capa había pisado una mina que le voló la pierna y le produjo una grave herida en el pecho. Murió camino al hospital. 

Robert Capa ha pasado a la historia como uno de los mejores corresponsales de guerra por dejarnos un testimonio visual extraordinario al documentar los grandes acontecimientos del siglo XX y al mostrar el sufrimiento humano, la lucha y la resistencia por los ideales.