El Vesubio: Pompeya, Herculano y Estabia

Prácticamente todo el mundo conoce la historia de Pompeya y la erupción del Vesubio. Lo que muchos no saben es que no fue la única ciudad romana que sucumbió al volcán. Junto a ella desaparecieron también Herculano y Estabia. 

Pompeya
Pompeya: Se cree que la ciudad fue fundada por los oscos en el s. VIII a.C. Más tarde, en el siglo VII a.C. se establecieron los estruscos, quienes estuvieron más de un siglo rivalizando con los griegos por la zona. Hacia el siglo IV a.C. los samnitas colonizaron toda la Campania y la ciudad empezó a florecer hasta que fue conquistada por Roma hacia el 80 a.C. Después de la conquista, Pompeya se convirtió en una colonia con el nombre de Colonia Cornelio Veneria Pompeianorum. Sus habitantes recibieron poco después la ciudadanía romana.

Con el tiempo la ciudad se convirtió en un importante punto de paso de mercancías que llegaban por vía marítima y luego eran enviadas o bien hacia Roma o seguían hacia el sur siguiendo la Via Apia.

La ciudad sufrió dos terremotos: el primero tuvo lugar el año 63 d.C. y dañó seriamente la ciudad pues la mayoría de los edificios tuvieron que ser reconstruidos, y posteriormente, unas semanas antes de la erupción del volcán, hubo otro movimiento sísmico que alertó a los ciudadanos. En el año 79 vivían en Pompeya alrededor de 25.000 personas. La mayoría abandonaron la ciudad, aún así, unas dos mil personas se quedaron y murieron sepultadas bajo la ceniza.

Herculano
Herculano: era una ciudad antigua situada en la falda del Monte Vesubio, a ocho kilómetros de Nápoles. La ciudad fue fundada por el mítico héroe Hercules, quien le dio su nombre.

Fue una de las ciudades más ricas y florecientes de Italia. Entre el siglo II y I a.C. también participó en la guerra social contra Roma, pero al vencer ésta la convirtió en un municipium, al igual que Pompeya.

Al igual que todas las ciudades de Campania, también sufrió el terremoto del año 63 que causó serios destrozos.

Estabia
Estabia: era una ciudad situada a cinco kilómetros de Pompeya. Antes de la guerra social, era un pueblo fortificado dedicado a la agricultura que contaba con un pequeño puerto y del que dependían otras aldeas y granjas.

Durante la guerra fue asolada y sus murallas derruidas, pero los romanos la reconstruyeron creando una ciudad de vacaciones para los romanos más adinerados. Así pues, estaba repleta de villas, jardines y baños termales privados.

La erupción del volcán: Según cuenta Plinio El Joven, quien estaba en Miceno (al otro lado del golfo de Nápoles) el 24 de agosto del año 79 se produjo la erupción del Vesubio y sepultó las ciudades a su alrededor. Sin embargo esta fecha parece errónea. Por un lado puede deberse a que Plinio escribió su historia un cuarto de siglo después del succeso. Por otro, puede deberse a una transcripción errónea durante la Edad Media. Algunos expertos consideran que en realidad tuvo lugar en otoño o invierno, dada la gran cantidad de frutos otoñales hallados entre las ruinas. Además, algunos cuerpos muestran túnicas y mantos gruesos, propios de los meses de frío.

En cuanto a Herculano, ésta fue arrollada por un inmenso río de fango hirviendo. Probablemente la población pudiese haber salido por mar si no fuese por el maremoto que asoló la costa como lo atestiguan los restos humanos y de embarcaciones encontradas por todo el litoral. Cuando cesó la erupción, Herculano quedó sepultado bajo una densa capa de fango que en algunos puntos medía más de diez metros. La ciudad no fue reconstruida y, solo más tarde, a sus márgenes, se desarrolló la ciudad de Resina.

Por su parte, aunque Estabia también sufrió los estragos del volcán, lo hizo en menor medida y pudo ser reconstruida. Hoy en día recibe el nombre de Castellammare di Stabia.

Aunque se cree que el volcán entró en erupción de forma repentina no fue así. Unos días antes hubo un temblor de tierra que muchos consideraron como un aviso para abandonar temporalmente el lugar, aunque otros muchos se quedaron. También hay evidencias de que días antes empezó a salir humo del cráter del volcán, pero nadie hizo caso pues ya lo había hecho en otras ocasiones y nada había sucedido.

Conservación: Gracias a la forma repentina en que quedaron sepultadas, estas ciudades se encontraron en un estado inmejorable de conservación. En Pompeya se pueden visitar numerosos edificios y ver como era la vida cotidiana, además de las figuras de algunos de los cuerpos que fueron encontrados bajo las cenizas. En cuanto a Herculano, las cenizas golpearon con mayor fuerza, por lo que se conservó mejor. Se pueden ver edificios enteros, frescos y mosaicos que constatan el lujo que envolvía la ciudad.



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